Los días en Connemara amanecen más bien tristes si bien luego, a lo largo de la jornada, el sol brilla con intensidad, las nubes perfilan vistosos dibujos en el cielo y algún chubasco rocía las flores hasta que los vientos del Atlántico cambian el panorama. O a lo mejor no pasa nada de eso porque, finalmente, todo depende del humor de las isobaras. Para mí, estos últimos quince días, los colores y las luces extremas de Irlanda han sido una bendición.
El clima, desde luego, es una incógnita en este distrito el oeste del condado de Galway, poblado por unas treinta y dos mil personas de hablan mayoritariamente gaélico de la N-59 hacia arriba e inglés de la nacional para abajo. Igualmente puede variar en pocos kilómetros porque Connemara es un conjunto de microclimas. Tormentas, dramáticos cielos oscuros y arco iris están asegurados.
Este distrito es un filón para los artistas plásticos y para los amantes de la naturaleza, una pasión que, en su momento, se materializó con barrotes y rejas. Cara Lyons, artista y modelo, así lo certifica: “No en vano es uno de los pocos lugares del mundo que contaba con una prisión en la que se encerraba a los maltratadores de los animales”.
Oscar Wilde definió Connemara como una belleza selvática. En verano la temperatura ronda entre los catorce y los veintiséis grados, por lo que se trata de un destino excelente para las personas que huyen del bochorno. Noches frescas, sin necesidad de calefacción, invitan a dormir de una tirada con la promesa de los copiosos desayunos irlandeses por la mañana.
Andrés says
Una alegría que compartimos muchos.
Un abrazo desde Huelva.
David says
Como siempre un placer ver la inspiración en tus imágenes!!!!
Un fuerte abrazo desde Barcelona
David
Fina says
QUINES FOTOS MES PRECIOSES, Tino m’agafan ganes de anar-hi ara mateix….ENHORABONA!!
Sort que no et vas fer metge, jejjejjj tu ja saps a que em refereixo…
Petonet
Fina
Gabriel says
increíbles, que bonitas. Que suerte el conoceros y en esas tierras. Un fuerte abrazo.