La fotografía, tal como la entiendo, consiste en salir a la búsqueda de experiencias. Y nada como trabajar en otro país para sentir todavía más intensamente esa impresión. Llegué a Roma con la incógnita de cómo respondería mi recién estrenada cadera a las colinas, las escaleras y los interminables recovecos de la Ciudad Eterna. Físicamente voy bien, aunque con un cojeo leve (más patente cuando estoy cansado) pero si hablamos de la mente, me impresiona el reto de plasmar un lugar tan complejo.
Me despierto todos los días antes de las seis de la mañana y camino por las calles unas cuatro horas, hasta que el sol y la masiva presencia de turistas me impiden continuar en el exterior. Entonces tomo un tentempié y busco interiores. La primera parte de la jornada acaba sobre la una.
Para entonces la temperatura es inclemente y supera los treinta y cinco grados con facilidad. Solo piensas en beber tanto como sea posible y regresas al hotel buscando un lecho acogedor, más que una mesa en donde comer algo. De propina una hora larga con el ordenador para introducir las localizaciones de cada imagen, una copia de seguridad por si las moscas, el mismo tiempo para responder correos, echar una ojeada a Facebook y hablar con la familia por Skype y más horas que no contabilizo haciendo gestiones para conseguir algunos permisos.
Utilizo la wifi del hotel de al lado porque la del mío va y viene, aunque en ningún caso llega a mi habitación (que encima es la más cercana al router). El dueño me argumenta que pasan estas cosas porque hace demasiado calor. Intento relajarme y, de paso, hacer algunos ejercicios de rehabilitación, como si las siete horas caminadas no contaran.
A las cinco y media de la tarde vuelta al trabajo. La jornada, incluyendo las inefables fotos durante la hora azul, acaba cuatro horas más tarde. Luego recoges el equipo y te das cuenta que todos los restaurantes están abarrotados. El tentador aroma de la pasta fresca o de la mozzarela fundida de las pizzas impregna el ambiente… pero esperar turno representaría no dormir hasta avanzada la madrugada, un lujo que no te puedes permitir si deseas aprovechar el día siguiente.
Al final, medio bocadillo de jamón y queso, o nada, es una solución de compromiso. Antes de meterte en cama, otra hora larga para responder correos, descarga de las fotos de la tarde, metadatos, copia de seguridad y ojeada a los libros y las notas de referencia para planificar el día siguiente. ¡Ah! Y un rato para escribir el blog y seleccionar algunas fotos…
Y así, más o menos, todos los días. Quizás es el trabajo más bonito del mundo, pero cuando estás en el fregado entiendes porque tan poca gente vive de ello. Además, rodeado de un montón de aprovechados sin escrúpulos, que no dudan en apropiarse por el morro de las fotos de los demás.
Algunos pensarán que soy un neuras cuando incido continuamente en este tema, pero no. Solo deseo que las generaciones más jóvenes puedan ejercer esta profesión… a pesar de todo lo expuesto.
Jordi Busqué says
Tino, esto es una pasión. Por dinero se hacen otras cosas. Un abrazo y buen viaje!
Lucas Vallecillos says
Menos mal Tino, pensaba que yo era el único que trabajaba como una mula. Me asombro del parecido que tiene una jornada tuya de trabajo con la miá. Y aún hay medios que siguen ofreciendo gestionarle al fotógrafo el viaje de prensa con la oficina de turismo de turno a cambio del reportaje sin ninguna retribución económica.
tinosoriano says
Sí, Lucas. El único método que conozco es echarle horas y esfuerzo. Desde luego, si hubiera descubierto otra forma de trabajar más cómoda, habría sido el primero en aplicarlo ;-))
Francisco Baena says
Me alegro de que al fin un fotógrafo experimentado exponga de verdad lo que es su día a día. Soy un aprendiz de fotógrafo joven, llevo 3 años aprendiendo por mi cuenta (puesto que la oferta educativa preuniversitaria es una basura en este campo)
La información sobre la profesión es muy poca y me he encontrado con actitudes muy inhospitalarias por parte de fotógrafos profesionales cuando iba de buena fe a preguntarles cual era su día a día y como habían llegado a donde están.
Además por esta desinformación ves como la gente de mi generación se hace llamar fotógrafo en cuanto se compra una cámara reflex, algo que me resulta particularmente frustrante
Jorge Curado says
Tino, haberte conocido y tener la oportunidad de compartir contigo una de tus jornadas de trabajo cuando estabas realizando la guia por España de National Geographic, el año pasado en Almería, en el taller “El estilo y la mirada personal. Retos del siglo XXI”. En el Centro Andaluz de Fotografía, CAF…todavía no tengo bien claro el efecto que causó en mi, si saber lo dificil que resulta esta profesión en nuestros dias o la pasión con la que cada dia empuño la cámara y me enfreto a un reto. Es una de las profesiones mas bonitas y placenteras que existe y si te pagan por ello ya es algo que roza la plenitud. Recuerdo que durante tu estancia allí creastes el Grupo Stop «Cláusulas abusivas a los fotógrafos» asi que gracias a tus «neuras» hoy contamos con un grupo que ha marcado un camino a seguir y que está consiguiendo que cambien algunas cosas en este «pais» referente a la fotografía por supuesto, por que todo lo demas son otros frentes….
Borja Batalla says
Es que si no te pagan por ello no es una profesión! Si todos tuviésemos claro esto mejor nos iría.
Gabriel Brau says
Mas que nuestro trabajo o nuestra afición o nuestra pasión … es nuestra forma de vida. Así la elegímos y así queremos que continúe siendo.
Por ella me levanto cada mañana … y veo que tu también.
Un fuerte abrazo!.
Diego Jambrina says
Si algo me detiene a meterme de cabeza en el sector del reportero gráfico es el respeto que tengo a los verdaderos profesionales, a los que se han preparado para ello y a los que llevan años ejerciendo. Bueno, eso y que soy un cagao.
Cada vez me gusta más cómo te expresas por escrito. Serán tus neuras, que activan en tu interior lo que todo escritor necesita.
Francesc Vera says
Uff! quina marxa! Una abraçada, Tino, i no oblides hidratar-te adequadament que la calor a Roma juga males passades.
David Monfil says
Hola Tino,
De neuras nada de nada…. Incluso yo añadiría alguna cosa más a tener en cuenta, que no has reflejado en el post y que lleva mucho trabajo…
Convencer a las revistas para que te compren el reportaje. Antes de empezar o después de producirlo, hay una lucha, al menos en mi caso para convencer al editor de turno para que acepte tu propuesta….Es tan duro como andar 8 horas al día con todo el equipo encima!!!
Espero que la cadera vaya bien!!
Un abrazo,
David
hugo solo says
Vaya fotos no me extraña que sea dificil el oficio de reportero.
Martin Gallego says
Muy buenos esos juegos de desenfoques de las dos últimas fotos de éste post! En cuanto a lo que comentas del ritmo de trabajo diario, personalmente al cuarto o quinto día así tengo un bajón (que podríamos llamar agotamiento) y necesito no salir. Pero no puedo evitar dedicarlo a recapitular sobre las fotos tomadas y las que podría tomar, así que al final es hasta bueno!
Me alegro de que estés mejor de la cadera.
Buenas fotos!
Tino Soriano says
Martín… en mi caso espero los días de lluvia o mal tiempo para permitirme ese bajón… que, ya sabes, se aprovecha para editar, revisar metadatos, reflexionar sobre lo que estás haciendo… en fin, un no parar.
En una ocasión la mujer de un reportero de Magnum me explicó que, después de un reportaje, su marido se pasaba tres días y tres noches durmiendo… 😉
Ana López Calero says
Hoy, gracias al curso de la UNIA he conocido tu maravilloso trabajo. Contagias esa pasión que tienes por el oficio, que se ve reflejada en fotografías que emocionan. Creo que eres digno de admirar, tanto por tu obra como por todo lo que has conseguido con ellas. Como las palabras se quedan cortas…yo me quedaría con la imagen de unos ojos vidriosos pertenecientes a una mujer que se siente orgullosa al escuchar a su marido-reportero.
Tino Soriano says
Ana, felicidades por que ayer era santa Ana, como también se llama mi mujer. Yo diría que ser la esposa de un reportero es más difícil que ser reportero. Solo si, además de quererte mucho, le gusta lo que haces, es posible una unión que supera ya las tres décadas. Lo importante en la vida, para conseguir ciertas metas, es crear un buen equipo.
Stefano Sabene says
Vivo e lavoro a Roma da sempre, spero di vedere presto altre immagini di questa città straordinaria attraverso il tuo magico obiettivo.
Buon lavoro Tino!
Stefano
Nacho says
Excelente todo tu trabajo. Me muero de ganas por ver lo de Roma terminado. Por desgracia yo solo conté con tres días para fotografiarla, así que mayor motivo para disfrutar con tus fotos.