Tres meses transcurridos desde que me trasplantaron la cadera y empezó mi vida a cuatro patas. Primero prescindí de una muleta y ahora ya me atrevo a caminar sin la otra. Eso sí, moviéndome a menudo como un pingüino.
Pero a saltitos o sin ellos (gracias en todo caso a mis fisioterapeutas) necesito volver a tomar fotografías. Prácticamente desde el pasado mes de noviembre que no he tomado nuevas imágenes, puesto que el dolor me impedía los desplazamientos y, por otra parte, la pensión de un autónomo, descontada la cuota de la seguridad social, se estanca bajo mínimos alrededor de 250 €.
Sin embargo soy de los que buscan el lado positivo a las contrariedades. Esta parada me ha permitido actualizar algunos archivos que dormían el sueño de los justos en mi ordenador. Una nueva entrada en mi página web ilustra las imágenes de Asia tomadas hace dos años en unos viajes para ClickDreaming y ahí, rescatando la fotografía de un niño mendigo de Vientiane (Laos), es donde me ha rechinado la expresión “el sueño de los justos”.
En una época en la que el clamor popular se manifiesta contra las indemnizaciones millonarias de determinados banqueros sin escrúpulos, por las primas que cobran los futbolistas por hacer bien su trabajo o por las cuantiosas cantidades que la banca ha atesorado mediante el engaño de las preferentes, por no entrar en más detalles, es hora que prioricemos nuestro destino como sociedad.
Imágenes como la que ilustra esta entrada es el contrapunto a unas frivolidades que nos condujeron a la bancarrota. ¿Qué es eso de los beneficios sin límite? Solidaridad y un comercio justo para combatir el hambre y la pobreza es lo que hace falta. Adolecemos, como sociedad, de dos grandes males: miseria económica y bajeza moral. Y así nos van las cosas.
Cuando vemos a este niño tirado en el suelo, la ruindad de determinados millonarios, reyes del pelotazo, se hace aun más patente. ¡Ojalá esta fotografía no la pudiera tomar nadie, nunca más!
Alfredo Carretón says
Vaya forma de describirlo más exacta… prioridades… tristemente exacto y certero. Las prioridades de unos pocos nos han llevado a donde estamos ahora, y su opulencia contrasta con lo que expresa esta imagen… TODO por hacer… sería necesaria una revisión de los principios morales y éticos que marcan el actual devenir de la Humanidad (curiosa palabra y curioso el uso que se hace de ella), cuando se está favoreciendo que los ricos se hagan más ricos y los pobres, más pobres.
Un saludo Tino!
CHECHE says
Si, así es como yo lo veo también. Pero me gustaría puntualizar algo, dices: » . . . miseria económica y moral» Para mi seria más bien MISERIA MORAL. Esa es (creo) la verdadera razón que nos lleva al desastre económico. La miseria moral, como tú bien dices, es el resultado de una pérdida de valores. Es «el tanto tienes tanto vales» y un largo etc. que no desgranaré aquí para no escribir lo que es obvio.
Creo recordar que fueron los indios americanos, los Hopi, que dijeron: «Cuando no quede ni un sólo árbol, ni un sólo río y ni un sólo bosque, entonces os daréis cuenta que no hay nada que podáis comprar con dinero»
Llámame ilusa pero confio en que esta espiral de despropósitos acabará.pronto y sin violencia.
santi says
Ánimo con esas «patas». Volverás a caminar, saltar y fotografiar con emoción.