Este año publiqué en el País Semanal, con textos de José Luís Ariza, el reportaje «Hospitales con buena salud«. Suelo explicar a menudo que el aspecto más gratificante de mi trabajo es, sin duda, la gente que conoces. Por eso quiero dedicar mis próximas entradas a estos héroes anónimos que no esperan ningún reconocimiento, pero que ahí están.
Raquel padece un agresivo cáncer de mama. La metástasis ha invadido sus huesos y camina con dificultades, pero tiene cosas importantes que hacer. Es madre de una niña pequeña, posee una creatividad sin límites y un corazón tan grande como su estatura, próxima a la de un jugador de baloncesto.
Ayuda a otras personas que tienen cáncer y alivia su angustia leyendo cuentos que inventa durante su convalecencia. El Hospital General de Ciudad Real ha publicado algunos.También reúne a los niños y les explica historias. En realidad improvisa pero, al cabo de unos minutos, todo lo que cuenta es creíble.
“Os juro que no tengo la menor idea de lo voy a explicaros – confiesa a un grupo de adolescentes que se ha reunido para escucharla – pero enseguida se sumerge en su papel de comunicadora y fluyen pensamientos de cuando tenía la edad de su auditorio. Raquel adopta su mismo lenguaje. Quería ser una chica guai -explica- pero en la madurez que ha impulsado su enfermedad creo que es una persona maravillosa.
“El cáncer me ha hecho ser mejor” son sus últimas palabras antes de despedirse, al punto de recibir su quimioterapia.
PD. Para los que vivís cerca de Barcelona, el lunes 21 desde las 10:15 a las 12:30 am, os invito a mi conferencia «Trabajando para National Geographic» con motivo de la FOTOWEEK en Casanova Foto.
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